El Ayuntamiento de Madrid aprueba la protección de los edificios neomudéjares como parte de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU)
En un importante paso hacia la preservación del patrimonio histórico y cultural de la ciudad, el Ayuntamiento de Madrid ha aprobado la protección de los edificios neomudéjares como parte de su Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). Esta decisión busca garantizar la conservación de estos valiosos ejemplos de arquitectura que datan del siglo XIX y principios del XX, caracterizados por su estilo ecléctico y ornamentación islámica. La inclusión de estos edificios en el PGOU asegurará su protección y preservación para las generaciones futuras, contribuyendo a la riqueza cultural y turística de la ciudad.
Madrid protege sus edificios neomudéjares: un paso hacia la conservación del patrimonio
El Consejo de Gobierno de la Comunidad de Madrid ha aprobado hoy la modificación puntual del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid (PGOUM) para proteger los edificios de la arquitectura popular neomudéjar de la capital.
La medida permite ampliar el Catálogo de Edificios Protegidos, incluyendo los de este estilo que merece especial atención por sus valores históricos, artísticos y culturales. Este cambio validado por el Ejecutivo autonómico afecta a 319 inmuebles, de los que 253 pasarán a integrarse en el Catálogo y otros 66, que ya estaban, tendrán una mayor protección.
Se han marcado tres niveles para su preservación, referidos al mantenimiento de la fachada, a todo el exterior o al conjunto completo, también el interior, lo que conlleva limitaciones respecto a las obras e instalaciones que pueden llevar a cabo los propietarios.
El proceso de valoración ha contado con un análisis documental e histórico pormenorizado, así como otros estudios para detallar el estado real de conservación y la afectación por obras anteriores. La importancia de estas edificaciones reside en la utilización del ladrillo visto para formar arcos, muros y dinteles; la simetría y proporción vertical que presentan las fachadas, incluyendo huecos y macizos en todas las plantas, y la presencia de un zócalo en la parte baja, elementos representativos de esta expresión artística.
Los edificios neomudéjares identificados se dividen en dos grandes grupos. El primero fue diseñado por el urbanista Carlos María de Castro en 1898 para la zona norte; las residencias familiares se construyeron a finales del siglo XIX y principios del XX, en las actuales avenida de la Reina Victoria y las calles de Raimundo Fernández Villaverde, Joaquín Costa, Francisco Silvela y Doctor Esquerdo. El segundo comprende las viviendas obreras que se construyeron en el antiguo extrarradio, en los barrios de Tetuán, Arganzuela, La Guindalera, Prosperidad, Puente de Vallecas, Carabanchel y Latina.
Este paso hacia la conservación del patrimonio arquitectónico de Madrid es un reconocimiento a la riqueza cultural y artística de la ciudad, y un compromiso con la preservación de su identidad histórica.
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